Hola a todos.
Este martes fue un día mágico. A las 9 de esta mañana comencé unas jornadas literarias con grupos escolares del centro jesuíta San Ignacio de Loyola. Lo que en un principio iba a ser una única presentación se convirtió en tres, debido a la cantidad de alumnos que había.
Me sentí, en cada una de esas presentaciones, arropadísimo. Los alumnos mostraron un interés, una ilusión y una pasión que me sorprendió. Recibí mucho afecto y un verdadero aluvión de preguntas, además de dibujos fantásticos y varios relatos (alguno ya me ha llegado por correo electrónico, y tiene muy buena calidad -no fui capaz de quedarme con los originales que me ofrecieron en la presentación, porque algún día los mirarán y reconocerán en ellos el origen de lo que llegarán a ser).
Comprendí al observar a los alumnos que, probablemente, aquel era el resultado de un trabajo arduo y bien hecho por parte de los profesores, y por parte de los padres. Aquellos estudiantes me demostraron que eran el futuro; un futuro que ahora veo con ojos más optimistas.
Quiero dar las gracias a Lola por haberme invitado a vivir un momento así, por haberme enseñado que aquellos alumnos eran seres mágicos, por todo el apoyo que me ha dado. También quiero expresar mi agradecimiento a Mercedes, por haberme liberado de un soplido de esos incómodos nervios preliminares, con tan sólo unas palabras; y por su total entrega. Y, por supuesto, a todos esos estudiantes, por acogerme con los brazos abiertos.
Desde este humilde rinconcito, y con la única pena de no tener fotos del momento, mil gracias a todos.
Carlos G.S.
Bienvenido a un mundo de letras, de fantasía y de Historia, de ficción y de de realidad. Atrévete a entrar...
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